La llegada de un bebé a la familia siempre es un momento muy dulce y entrañable. También es un momento de muchos cambios en la rutina diaria y eso pasa, necesariamente, por una adaptación tu hogar al ritmo y necesidades del bebé y de los recién estrenados padres. Acondicionando y optimizando al máximo el espacio, conseguiréis tener vuestro espacio y mantener la armonía.
En este artículo te damos algunos consejos para adaptar el salón a la llegada del bebé, que te ayudarán a convertirlo en un lugar más relajante, práctico, seguro y cómodo. En este caso, no hablamos de su dormitorio o del vuestro, sino de un espacio común en el que jugaréis con el bebé, en el que dormiréis una siesta, pasaréis una tarde de domingo viendo una película, lo alimentaréis e incluso, donde dará sus primeros pasos.
En primer lugar, deberéis tener en cuenta que al tener un bebé pasaréis mucho más tiempo en casa. Eso supone más tardes de relajación, pelis y juegos con el pequeño de la casa. Para poder llevar a cabo estas actividades necesitaréis un sofá cómodo y amplio, preferiblemente, de estilo chaise longue para poder reposar los pies o colocar al bebé, mientras le cambiáis. Otra condición imprescindible a la hora de elegir un sofá es que disponga de un tapizado antimanchas o de fundas desmontables, para asegurar la fácil limpieza del mismo, siempre que se vierta algún líquido o lo manchemos sin querer. Es muy probable que le amamantes, o le déis el biberón, la fruta, la papilla o el zumo, sentados en el sofá. Si podéis limpiar fácilmente las posibles manchas, estaréis más relajados y cómodos.
Muchas padres también optan por instalar un sillón de lactancia en un rincón silencioso, agradable y cálido del salón. Esta butaca podréis usarla ambos para alimentar, mecer y dormir al bebé. Al igual que ocurría con el sofá, este mueble deberá estar tapizado con un textil antimanchas o llevar fundas desmontables y lavables.
Otro factor a tener en cuenta es la cantidad de luz que hay en nuestro salón. Nosotros os proponemos lámparas dimables (de intensidad regulable), bombillas de luz cálida y fuentes de iluminación indirectas. Vuestro bebé se está acostumbrando a las luces y un exceso de intensidad de le puede resultar molesto e impedir su correcto desarrollo. Además, si la luz es más suave y difusa el bebé estará más relajado y cómodo. Esto, en cuanto a la iluminación artificial. La cantidad e intensidad de la luz natural se puede filtrar fácilmente con unas cortinas traslúcidas de un tono neutro o cálido.
Según vaya creciendo, necesitará zonas de juego y superficies por las que empezar a gatear y caminar. Llega el momento de explorar el mundo y descubrir todo aquello que le rodea. Es, entonces, cuando deberéis instalar un parque o una alfombra blandita y suave, donde colocarlos para que jueguen y gateen. Lo ideal es que ubiquéis esta zona de juegos en un lugar del salón despejado, al que podáis acceder de forma rápida y fácil. Así el bebé podrá disfrutar y sentirse independiente, mientras leéis, veis una película, pasáis un rato en pareja o coméis, sin perderle de vista.
Además, conforme vaya creciendo podrá ir utilizando vuestras mesas auxiliares como pupitre para pintar o garabatear, y para jugar con vosotros. Estas mesas son fáciles de mover y si contáis con varias de distintos tamaños (por ejemplo, mesas nido), podréis ir adaptándolas al tamaño y necesidades de vuestro hijo, conforme vaya creciendo. Para sentarlo cómodamente en estos ‘pupitres’ improvisados, haceros con una silla o butaca a medida. Así comprenderán que también tienen su sitio en el salón, donde poder sentarse, jugar y desarrollar su creatividad.
Poco a poco, el niño o la niña empezará a dar sus primeros pasos y llegará uno de los momentos más divertidos y peligrosos de su aprendizaje. El bebé irá ganando autonomía y libertad de movimientos, y vosotros, deberéis vigilar sus pasos, sus tropiezos y su curiosidad. Es por ello que para minimizar riesgos y garantizar la seguridad del pequeño, deberéis recurrir a dos clásicos de la seguridad infantil: las protecciones de espuma para bordes y esquinas, y por supuesto, las tapas para enchufes.
También, podéis adaptar vuestra decoración, provisionalmente, al ritmo y altura del bebé, sustituyendo la mesa de cristal y metal por una más sencilla de madera y con cantos redondeados, e incluso, guardando todos los complementos que se puedan romper o dañar al bebé en caso de caída o rotura. Vuestro pequeño caerá de bruces o de culo una y otra vez, pero evitaréis que se haga daño con la esquina de un mueble o meta sus minúsculos dedos dentro de las ranuras del enchufe.También, podréis utilizar tubos protectores para los cables o bridas para alejarlos de sus manos. Deberéis tener especial cuidado, además, con los dispositivos electrónicos y multimedia. Procurad no tener demasiadas cosas por medio para evitar tropezones y roturas.
Por otra parte, con un bebé en casa, la limpieza y el orden serán vuestra lucha diaria. Será imprescindible que elaboréis una rutina de limpieza diaria y eficaz, que mantegáis en el tiempo. Los bebés pasan mucho tiempo en el suelo, gateando o tocándolo, y por ello resultará imprescindible que los suelos, las superficies de los muebles, las alfombras, sus juguetes y su zona de juegos estén siempre impolutos.
Además, para poder mantener el orden de tu salón, deberéis contar con baúles, cajas, arcones bajo el sofá o armarios bajos, donde poder guardar sus juguetes, cuadernos, pinturas, libros, mantitas y cojines de la siesta. Hacedlo participar del orden y de la limpieza, incluyéndolo en la rutina y convirtiendo esta tarea en un juego. Insistimos, optad por soluciones de almacenaje prácticas y cómodas, que puedan manejar los niños durante su rutina de recogida de juguetes y accesorios.
Seguid estas recomendaciones y elaborad vuestro propio sistema para adaptar vuestro salón a vuestras necesidades y las del bebé. ¿Se os ocurren más ideas? Contádnoslas en nuestra sección de comentarios y compartid vuestras experiencias como padres.
Última modificación: 15/06/2021
