Si ya padeces de este típico dolor de espalda, la elección de un buen colchón es primordial para tu salud. Lo más importante a tener en cuenta es la firmeza. Los colchones no han de ser muy duros, ya que la curvatura de la espalda no se respetará y los músculos estarán en tensión.
Tampoco ha de ser blando, ya que al hundirse modificará la posición natural de la columna vertebral. Lo ideal es que tu colchón destaque por una firmeza media en donde la adaptabilidad del cuerpo sea óptima para evitar los dolores indeseados. Durante el descanso, la espalda necesita estar relajada evitando todo tipo de tensiones musculares.
Las zonas de presión del cuerpo suelen ser la cadera y los hombros y necesitan un buen apoyo en la estructura de los colchones. La cabeza también es una zona de peso, por lo que la almohada ha de conseguir un alineamiento de la cabeza con el tronco.
El soporte en el que se apoyan los colchones es un factor a tener en cuenta, ya que según el material en el que esté fabricado el colchón, dependerá la utilización de un somier de láminas o una base tapizada. Si esta compra no es la correcta, los colchones pierden todo su efecto beneficioso. El espesor de los colchones no ha de ser menor de 15 centímetros.
Podemos afirmar que los colchones de menor firmeza son los colchones de látex, con una firmeza intermedia son los colchones viscoelásticos y los más firmes son los colchones de muelles. Esta norma se puede ver modificada ya que dentro de cada una de las tres categorías existen modelos que varían sus características.
El colchón debe acomodarse a tu cuerpo, no tu a él. Para ello, ha de ser un colchón de firmeza intermedia, con el que conseguirás despertar renovado y sin dolor.
Última modificación: 15/06/2021