¿Cuántos padres han pasado noches en desvelo en sus camas porque sus pequeños no saben dormir? ¿Cuántos padres han batallado contra la idea que tienen sus hijos de que dormir es el enemigo? ¿Cuántos padres se levantan varias veces por la noche yendo de colchón en colchón o incluso al sofá porque el niño llora?
Los pequeños de la casa se merecen dormir toda la noche, al igual que los padres. Los pequeños pueden resistirse a iniciarse en este cambio pero es algo a los que deben acostumbrarse para su correcto desarrollo. De esta forma, tanto ellos como los padres conseguirán su espacio íntimo y el descanso será óptimo.
Hay que tener en cuenta que los niños no nacen sabiendo dormir, sino que es tarea de los padres mediante unos buenos hábitos enseñar al pequeño a conseguir un sueño placentero sin interrupciones constantes.
El principal consejo es que ya desde bebés se acostumbren a dormir en su propia cama y conseguir una rutina de sueño. Se tiene que evitar que se duerma con los padres incluso si su llanto no cesa. El niño consigue con el llanto su objetivo y cada vez será más difícil que pueda dormir solo.
El niño tiene que entender que «dormir» no es algo malo. La función de los padres es que el niño asocie la idea de dormir como una rutina diaria, como una actividad más de todos los días positiva. Para conseguir esa rutina se tiene que establecer una hora fija para dormir, evitar mucha actividad antes de irse a la cama y crear un ambiente de sueño acogedor con música, lectura, etc.
Es una tarea costosa y no siempre se pueden seguir estas reglas, pero hay que intentar ser firmes desde los primeros pasos del pequeño. Esperemos que con estos consejos consigan dormir tanto los padres como los niños.
Última modificación: 15/06/2021